martes, 11 de octubre de 2011

Nostalgia montañera

Una nueva visita a los Picos de Europa me hace pensar en todo lo que he caminado por estas montañas. Miro hacia el pico Urriellu desde su base y recuerdo los vivacs a sus pies, la época de mayor práctica montañera, los amigos, los momentos, las vistas desde su cima, todo ello con algo de nostalgia pero con la alegría de poder estar de nuevo en estos lugares de montaña.

¡¡Cómo me gustan y cuánto los disfruto!!

Estos momentos de niebla me recuerdan a otros tantos vividos, cuando las montañas aparecen iluminadas allá arriba, entre las nubes jugando a ir y venir. Lo mismo hacen los instantes en la memoria, van y vienen, van y vienen... trayendo de nuevo aquellas sensaciones vividas para volverlas a recordar ahora. ¡¡Ahhh!! El tiempo, ¡como pasaaaa!.

Hoy, la afición por la fotografía también me hace disfrutar de otra forma. Además de todo esto, me fijo más en los detalles, en los momentos, en la luz, en todo en general. Es otra forma de disfrutar de lo que me rodea. Es como una mezcla de aquello, más impulsivo, con esto otro, más pausado y comprendido.


Surgen los momentos de alegre esfuerzo, cuando las rocas se ponen más duras y se sube más y más disfrutando de todo este paisaje semi-lunar que forman los Picos de Europa. Uno se empapa de todo esto y se imagina en este u otro collado en el momento de luz apropiado para captar una imagen.

E irremediablemente entran ganas de volver con la cámara y el trípode. Disfrutar de este entorno como no lo hacíamos antes: con una mirada algo más fotográfica esperando que ese momento mágico que tantas y tantas veces pasó ante nuestros ojos se repita para llevárnoslo ya definitivamente y poder compartirlo.



Volví a por aquellos lugares y me entró la alegría bañada de cierta nostalgia. Mientras caminaba lo pensé: No debo abandonar estos rincones que tanto me llenan. ¡Será cuestión de volver!




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